De entre todos los escritores japoneses que alzaron sus voces contra las atrocidades de la guerra y la barbarie de la bomba atómica destaca con letras de oro el nombre de una mujer: Miyamoto Yuriko. Escritora comprometida, Yuriko describió la terrible situación de la clase trabajadora durante el periodo de capitalismo imperialista y militarismo desbocado en los años 30 del pasado siglo.
Presentamos tres relatos autobiográficos que dibujan un descarnado retrato del Japón de posguerra. En «Una flor» la joven protagonista participa activamente en la disidencia comunista y, mientras huye de la persecución política, trata de hacer oír su voz a favor de la libertad y la paz. «La planicie de Banshū» está considerada la mejor narración jamás escrita de la rendición de Japón. El estupor, la confusión y la angustia que causó la noticia son plasmados con delicado lirismo, sin rencor, dejando una puerta abierta a la esperanza. En «Hierba del viento» una pareja trata de reajustar su vida en común, tras 12 años de forzosa separación, y asumir la diferente evolución que han sufrido los dos protagonistas: ella, transformada en mujer independiente, fuerte y resuelta y él, convertido en un hombre perdido, huidizo y débil.
La obra de Miyamoto Yuriko es el testimonio vivo de la conciencia social de una autora que fue faro intelectual de la izquierda y encabezó la lucha por la liberación de la mujer en Japón.
Miyamoto Yuriko (1899-1951) se crió en un acomodado barrio de Tokio. A los 17 años, publicó su primer relato y obtuvo el elogio de la crítica. En 1918, viajó con su padre a Nueva York, donde conoció a su primer marido, de quien se divorció tras cinco años de infelicidad y sequía creativa. De esta experiencia, Yuriko obtuvo el material para su primera novela Nobuko (1926). En 1927 viajó a la URSS, donde conoció de primera mano la aplicación real de las doctrinas comunistas. A su regreso a Japón en 1930, ingresó en el Partido Comunista Japonés y encabezó el movimiento de literatura proletaria. En 1932, se casó con Miyamoto Kenji, secretario general del partido. La pareja sufrió una implacable persecución política: entre 1932 y 1942, Yuriko fue encarcelada y torturada en varias ocasiones y Kenji fue condenado a cadena perpetua en 1933, siendo liberado tras la guerra.
Yuriko murió en Tokio los 52 años. Sus relatos «La planicie de Banshū» y «Hierba del viento», galardonados con el prestigioso premio Mainichi en 1947, se convirtieron en clásicos de posguerra. Escritora comprometida, su obra es un canto a la vida y la lucha de las mujeres japonesas en el turbulento Japón de primera mitad del siglo XX, reflejando sin rencor la realidad de un país devastado que daba sus primeros pasos desde la desesperación hacia la esperanza, de la oscuridad hacia la luz.
Páginas: 376
Dimensiones: 135 x 210 mm.
Encuadernación rústica con sobrecubierta
32 páginas | PVP: 10,00€