Hayashi Fumiko (1903-1951) vivió una infancia marcada por la pobreza y el desarraigo. En 1922, tras graduarse en el instituto, Fumiko se trasladó a Tokio siguiendo los pasos de un joven que le había prometido matrimonio. En la capital sobrevivió desempeñando trabajos mal pagados y viviendo con diversos amantes. La efervescente vida cultural y literaria de la ciudad estimuló su talento natural para la escritura y su formación autodidacta la dotó de un estilo propio, audaz e incisivo. Su fascinante autobiografía Diario de una vagabunda, publicada inicialmente por entregas entre 1928 y 1930, le procuró un éxito sin precedentes. Escritora, reportera de guerra y viajera incansable, su producción destacó por su calidad y gozó del reconocimiento del público.