Satori Editorial especializada en cultura y literatura japonesa

Lena Varela (pseudónimo) malgastó su juventud perdida en la noche japonesa durante más de diez años, con un japonés tan natural que le permitió ser la primera en muchos locales nocturnos, como clienta, como artista y como empresaria alcohólica en general. Tras diez años y no ahorrar ni un mísero yen por despilfarros nocturnos, fiestas y mal vivir en general, decidió regresar a la madre Europa para volver a encajar en la sociedad. De su Tokio echa de menos el ramen, el barrio rojo y las conversaciones profundas con los taxistas.

Claria (pseudónimo) se mudó a Japón con 23 años y se marchó 8 años después. Hizo malabares con diferentes trabajos como barista, camarera, coordinadora internacional, camarógrafa, organizadora de eventos, profesora, modelo y directora de producción de películas. Lo que más le gustaba de Tokio era beber cerveza en convenience stores, fumar en el interior de restaurantes y despotricar sobre los errores de comunicación cultural.