Chiyo
(1703-1775), nacida en la provincia de Kaga en el seno de una familia de artesanos, adquirió destreza desde niña en las artes de la pintura, caligrafía y poesía y muy pronto entró en contacto con los literatos de su tiempo. En 1719, conoció a Shikō, discípulo de Bashō, que se convertiría en uno de sus maestros. Chiyo alcanzó en su juventud gran fama y prestigio como haijin. Realizó peregrinaciones por el país, entró en contacto con numerosos poetas y participó en importantes encuentros poéticos. A los cincuenta y dos años tomó el velo de monja.
